LOS
NEGOCIOS SE ALIMENTAN DE VERDADES.
"Sin integridad nada
funciona". Esta
contundente síntesis podría parecer la sentencia de un filósofo o una frase
políticamente correcta más. No parece un axioma muy científico pero…la cosa da
que pensar cuando leemos que el autor de tan severa afirmación es Michel
Jensen, profesor de la Harvard Business School, doctor honoris causa por cinco universidades y, en opinión de muchos,
merecedor de un Nobel.
"La falta de sinceridad dentro del
sistema ha desempeñado un papel importante dentro de esta crisis". Esto ya parece más fácil de compartir,
¿no?. Pero va a más:
afirma que un modelo de gestión basado en la integridad puede mejorar la
productividad de una organización entre un 100 y un 500%. ¿Cómo?.
Dicho así parece management-ficción,
¿verdad?. Pues yo le creo.
Voy a tratar
de explicar por qué, obviando razonamientos éticos o morales (lo que es mucho
obviar, desde luego). Me centraré
en un enfoque simple, orientado al beneficio (es un truco: considero la ética
imprescindible).
El juego generalizado.
La mayor
parte de esfuerzos (ingenio y dinero) invertidos en comunicar las bondades de
algo (productos, servicios, empresas, instituciones, gobierno...), la mayor parte,
insisto, no son mas que palabras bonitas que los hechos no corroboran. Lo normal es
desconfiar de ese tipo de narrativas.
Caso a caso.
En cambio,
ya que los hechos son la evidencia, de vez en cuando y caso a caso, cuando algo
va en la dirección correcta, nos vinculamos más, lo preferimos, lo adoptamos. Pondré un
ejemplo (ejemplar), Mercadona. Para
centrarlo, recordaré que ya es la enseña de alimentación nº1 en España y que sus
números son de referencia en el sector.
Bien,
fíjense en la cinco prioridades manifestadas por su CEO y ordenadas por su
importancia para ellos:
1º El
cliente
2º Los
empleados
3º Los
proveedores
4º El
Consejo
5º Das
Kapital
Como
declaración de prioridades no está mal pero podrían ser solo palabras...
¿En qué se
sustancia?, ¿qué percibe el cliente?. Pues esto:
que en la aburrida, por reiterada, compra media anual, se ahorra un promedio de
hasta el 30%, comparado con otros establecimientos. Todo lo
necesario para conseguir este eficiente hecho final, que es lo que de verdad
cuenta para muchos (cada vez más) clientes, es decir, toda su política de
productos, de relación de partenariado con sus algo mas de 100 interproveedores,
la retirada de productos ineficientes (de baja rotación), los ahorros en
envases superfluos, la mejora continua de procesos, la política de formación de
los empleados...todo, todo, tiene un fin: ser los proveedores adecuados
para más del 32% del mercado. Y seguir creciendo.
Sus 63.500
empleados, con contrato indefinido (!) reciben 20 veces mas formación
que la media del sector en EEUU (Harvard dixit). Una buena parte son
multitarea, porque los flujos de trabajo varían y hay que formarlos para desempeños
varios. A los
interproveedores (75% de la compras totales) se les enseña a ser
competitivos,
se les garantiza un margen razonable y de los crecimientos se encargan
ellos con las nuevas aperturas.¿No es esto
algo más que eficiencia?. A mi me lo parece.
Es una
manera realista, sincera, veraz y, probablemente ejemplar, de entender, compartir y
abordar el negocio, integrando a los empleados, a los proveedores y al capital
para ofrecer un resultado tangible al rey, al cliente (por cierto, un bien cada
vez mas escaso y disputado por todos).
Para abundar
un poco mas (porque es evidente que el giro que hay que dar en los negocios
es tan grande que hay que insistir hasta aburrir), me voy a referir someramente
al extraordinario contenido del capítulo dedicado a la SINCERIDAD
de uno de los mejores libros que he leído sobre Management: Winning, de
Jack Welch, CEO de General Electric (para muchos, el mejor ejecutivo
del Siglo XX).
Empieza así:
"El mayor secreto del mundo de los
negocios es la falta de sinceridad". Dice que no
se refiere tanto a una falta de honradez deliberada como a la falta de debate
sincero, abierto y constructivo. La realidad se altera frecuentemente, evitando los
conflictos y eludiendo hablar claro. Y el negocio lo acusa. Insiste: "El peor enemigo del negocio es la
forma en que nos comunicamos con los demás en la
empresa".
Welch tiene
claro que conseguir que la sinceridad y la franqueza sea la manera dominante de
abordar el día a día, choca frontalmente con la educación que recibimos:
"desde la infancia se nos enseña a suavizar las malas noticias y a maquillar
los temas inconvenientes". Ciertamente,
la tarea es para tipos especiales: gente fuerte, segura y... ejemplar.
Welch afirma
que la sinceridad conduce al éxito:
La sinceridad hace que la gente
participe mas, que afloren los inconvenientes y las necesarias
soluciones.
La sinceridad genera rapidez: cuando
las ideas no se ocultan y se abordan abiertamente, se acelera todo el
proceso de mejora.
La sinceridad reduce sustancialmente
los costes: basta levantar la veda e ir a la caza todos juntos.
Alguien
dijo:
"Nacemos confiando, crecemos
desconfiando y vivimos defraudando".
No demos la
razón a ese cenizo.
Jorge Luna
Notas al pié
Una
regla de oro: No engañarse y no engañar.
Una
reflexión brillante sobre la mentira: “La
mentira es universal.., todos mentimos; todos tenemos que hacerlo. Por tanto,
lo sabio es educarnos con diligencia a fin de mentir de manera juiciosa y
considerada; a fin de mentir con un buen propósito y no con uno pérfido; a fin
de mentir para ventaja de los demás y no para la nuestra; a fin de que nuestras
mentiras sean aliviadoras, caritativas y humanitarias, y no crueles, letales o
maliciosas; a fin de mentir de manera agradable y graciosa, no torpe y tonta…”.
Mark Twain.
Otra: La
Gestión del Riesgo se fundamenta en la verdad compartida por la experiencia.
Una mentira puede hacer saltar todo por los aires.